lunes, 26 de septiembre de 2011

El oficio de ser un buen programador

La programación no es sólo una ciencia, pues tiene mucho de arte, ya que un programador no sólo aplica ingeniería a sus proyectos, además crea. Pensemos que cuanto más se humaniza la informática más artístico se vuelve el acto de programar.

Como diferenciarlos: Las limitaciones artísticas suelen ponerse de manifiesto cuando vemos el entorno gráfico de algunos programas, o cuando observamos como son consumidos los recursos de nuestro PC de una manera desmesurada.

Pintar un cuadro: El primer paso para empezar a programar es imaginar que queremos crear, por ello las mejores herramientas que podemos utilizar en esta fase inicial son un lápiz y mucho papel. Lo primero es dibujar todo lo que se nos ocurra sobre la idea o proyecto que queremos realizar, para que cuando la estructura de la idea quede clara en nuestra mente podamos empezar a escribir código.




 Vender una idea: Hay multitud de formas para convertir a un candidato en un buen programador con talento, y aunque es vital que tenga vocación y sea capaz de no dejar de aprender durante su vida profesional, también es importante que entienda que todo lo creado por él se convertirá en negocio.

En definitiva podríamos considerar que un programa es un conjunto de diversas cualidades, entre las cuales se encuentran la técnica, la ingeniería y el arte. Algunos lo ven como cualquier aparato mecánico, como un conjunto de engranajes asociados unos como otros.

Alfabetización informática: Pensemos que no sólo el que quiera ser programador, sino el usuario final tendrán que tener un nivel esencial de alfabetización informática.



Los mejores utensilios: En definitiva el buen programador es aquel que crea programas rápidos y pequeños y que usen algoritmos claros y concisos. Es como un buen escritor, nadie duda que habrá leído mucho a otros escritores como él. De la misma forma el buen programador es el que ha leído mucho código de otros programadores.

Como diferenciarlos: Los programas más complicados son aquellos que dejan toda la complejidad en manos del usuario final, pues él tiene que tomar todas las decisiones difíciles, por eso son los más sencillos de escribir por un programador.

No hay un sólo estilo: Todo el mundo tiene su propio estilo, y puede ser tan válido como cualquier otro, pero el único requisito para crear buenos programas es el interés, poner el interés necesario será suficiente para crear un buen programa.

Podríamos decir que la programación es una disciplina de ingeniería que con habilidad crea arte.